El crecimiento del parque vehicular en República Dominicana superó en 5.44% la tasa de crecimiento de la población en 16 años (entre 2005 y 2021), un dato que, junto a la mala organización del tránsito, el deterioro de las vías públicas y la falta de consecuencias a la violación de la ley 63-17, podrían explicar el caos que se vive en las calles, avenidas y autopistas del país.
Según un estudio realizado por la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (Procompetencia), la tasa de crecimiento de la población rondó durante ese período en 1.01% frente a un incremento del parque vehicular de 6.45%, protagonizado principalmente por la adquisición de jeeps (10.03%) y en menor medida de automóviles (3.98%).
Otro dato que aparece en el estudio “Condiciones de Competencia en el Mercado de Venta de Vehículos para el Transporte Terrestre Privado y El Rol de las Plataformas Digitales”, es que el 47.50% de los hogares contaba a esa fecha con un vehículo de motor (automóvil y/o motocicleta) y señala que la cantidad de hogares que cuentan con algún tipo de vehículo crece a medida que aumenta el ingreso. “Esta tendencia se recalca principalmente en el último quintil con los automóviles, mientras que se reduce de manera importante con los motores”.
¿Bien de lujo?
Los analistas explican que este comportamiento “puede implicar que contar con un automóvil podría comportarse como un bien de lujo, pues a medida que crece el ingreso en el hogar aumenta la proporción de hogares que cuentan con algún tipo de vehículo de motor, esto acentuándose en los automóviles, sobre todo para el último quintil”.
En los últimos años, las deficiencias del transporte público y la creciente inseguridad ciudadana han incentivado en familias de los diferentes estractos sociales la necesidad de adquirir un transporte privado, ya sea una motocicleta o automóviles, lo que complica el panorama.