Con origen a principios de la década de 1990 a partir de la fusión de la música popular coreana con las influencias de la industria estadounidense, este estilo de música que está creciendo en popularidad entre la generación z ha conquistado las listas occidentales con grupos como Blackpink, Seventeen o el mundialmente idolatrado BTS.
Actualmente en periodo de descanso hasta 2025, esta última formación ha alcanzado fama internacional reflejada en su visita a la Casa Blanca en 2022 o en su comparación en cifras con los Beatles, con cuatro discos número uno en EEUU en menos de dos años, un récord no conseguido desde que lo hicieran los británicos entre 1966 y 1968.
La inclusión de BTS junto a Blackpink en la última edición del festival californiano de Coachella demuestra una popularidad también presente en las carreras en solitario de algunos integrantes: este es el caso de Jungkook, el integrante más joven, quien lanzó este viernes su primera canción en solitario. Siete».
El Estadio Metropolitano de Madrid acogerá el próximo 22 de julio el KPop Lux, considerado el «mayor festival de k-pop del mundo», que se espera atraiga a unas 45.000 personas y contará con un mínimo de seis bandas, entre las que destacan el sexteto femenino Ive, Enhyphen o Ateez, que ya han visitado la capital a principios de este año y en 2020.
La influencia del k-pop se ha extendido hasta la pasada semana de la moda parisina el pasado mes de enero, donde, como en el pasado con los artistas de Hollywood o «influencers», se dejaron ver estrellas de diversas formaciones. Así, Enhypen, EXO, NCT, Seventeen o BTS podrían fotografiarse como asistentes a desfiles de moda de marcas como Prada, Dior o Chanel.
Sin embargo, la industria musical surcoreana también tiene su lado oscuro: el carácter comercial de estas formaciones las convierte en productos de exigentes procesos de selección y formación. El suicidio de artistas veinteañeros como Moonbin (del grupo Astro), Jonghyun (Shynee) o Goo Hara (Kara) ha alarmado a los clubes de fans.
Asimismo, el acercamiento a la treintena de algunos «ídolos» masculinos ha despertado la preocupación por la llegada del servicio militar, obligatorio en Corea del Sur. Este revés que podría truncar la carrera de las principales formaciones es un arma de doble filo para el gobierno surcoreano.
Por un lado, encuentra en estas pandillas un medio para promover la cultura local y al mismo tiempo servir de ejemplo para sus ciudadanos. Sin embargo, la amenaza de que el servicio militar trunque la carrera de los integrantes de BTS ha generado un debate sobre si se les debe eximir de esa obligación o al menos se les permite postergarla hasta el trigésimo.
El parón actual y hasta 2025 de BTS y el trigésimo cumpleaños el 4 de diciembre de Jin, su miembro más longevo, ha llamado la atención de los fans, a los que la banda no ha explicado específicamente el motivo del parón.