París, (Prensa Latina).- Ya es oficial, el estelar futbolista brasileño Neymar se convirtió hoy en jugador del club saudita Al-Hilal, epílogo de seis años de incursión en el París Saint-Germain (PSG) marcados por récords, momentos de brillo y no pocas decepciones.
A sus 31 años parecía que el crack de la Canarinha podía mostrar su calidad y complicado temperamento en algunas de las ligas top de Europa, incluso se especuló sobre su regreso al Barcelona de Xavi, pero el contrato XXL ofrecido por uno de los equipos de Riad pudo más que cualquier otra consideración.
Sentidas palabras de despedida del patrón del equipo rojiazul, Nasser Al-Khelaifi, resultan bienvenidas, aunque en realidad la estrella brasileña no pudo contribuir a que el PSG asaltara el trono de Europa con su codiciada copa «orejona» de la Champions, pese a integrar en las últimas dos campañas un tridente galáctico junto a los monstruos Lionel Messi y Kylian Mbappé.
Sus relaciones con la cúpula del club y los aficionados no fueron las mejores, tampoco aportó el liderazgo esperado al vestuario y sus frecuentes lesiones -se perdió gran parte de la temporada pasada- opacaron en ocasiones su enorme talento, sin embargo, el fútbol de fantasía que desplegó trajo muchas alegrías a los parisinos.
«Es necesariamente difícil decir adiós a una leyenda del club, es lo que Neymar será por siempre (…). Hemos vivido momentos extraordinarios y Neymar será siempre parte de nuestra historia. Quiero agradecerle a él y a su familia (…)», afirmó Al-Khelaifi, quien deseó éxitos al jugador en su próxima aventura.
Los números del nativo de Sao Paulo pueden calificarse de destacados, con 173 partidos disputados bajo la camiseta rojiazul, con la que marcó 118 dianas, el cuarto goleador histórico del PSG, y facilitó 77 asistencias.
En la exigente Liga de Campeones de la UEFA participó en 41 encuentros, con 22 goles, incluyendo dos hat-trick, y 17 pases decisivos.
Respecto a su palmarés colectivo en la capital gala, Neymar ganó cinco veces la Ligue1, tres Copas de Francia, dos Copas de la Liga y tres Trofeos de Campeones, además del subtítulo conseguido en la Champions del 2020, cuando el Bayern de Múnich frustró el sueño parisino (1-0) en Lisboa.
Las lesiones, la alegada falta de motivación y la distante relación en los últimos tiempos con Mbappé, así como la necesidad de efectivo y la llegada al banquillo de Luis Enrique, se combinaron para que el crack brasileño «sobrara», aun cuando podía jugar en el PSG hasta el 2027.
Sin Messi, inmenso en sus primeras actuaciones con el Inter de Miami, y Neymar en la plantilla, se abre una nueva época en el Parque de los Príncipes, en la que Al-Khelaifi quisiera centrar el proyecto futbolístico y económico en Mbappé, pero ahora mismo no hay ninguna garantía de que «Kiki» lo complazca más allá de la recién iniciada campaña.rgh/wmr